NOTICIA Nueva sesión del ciclo ‘(Re)Establecer los Escenarios. El Futuro de los Conciertos en un Mundo Transformado’

Fórmulas para implicar al Estado y la sociedad en el relanzamiento de la actividad musical

CARLOS GIL

El ciclo de seminarios web ‘(Re)Establecer los Escenarios’, en el que la Asociación Española de Orquestas Sinfónicas (AEOS) y la Fundación BBVA se unen a The Global Leaders Program, Classical NEXT y al Banco de la República de Colombia para analizar el panorama cambiante de la música en concierto, ha celebrado una nueva sesión. En esta ocasión, gestores culturales han examinado el papel del Estado y la sociedad civil en el relanzamiento de la actividad cultural.

23 noviembre, 2020

Esta nueva sesión se ha celebrado bajo el título “¡Al borde! Financiación pública y recuperación de las instituciones culturales” y en ella han participado gestores culturales y periodistas especializados de Argentina, Brasil, Colombia, España y México, moderados por Sandra Meluk, consultora cultural y exdirectora general de la Orquesta Filarmónica de Bogotá.

Ramiro Osorio, director del Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo, de Bogotá, explicó cómo el Gobierno colombiano ha puesto en marcha medidas para paliar el impacto de la pandemia, entre las que figura “la aprobación de un descuento del 165% de la renta líquida desgravable para las donaciones a proyectos culturales. También ha creado una institución de carácter mixto, denominada CoCrea, para hacer ese tránsito de los fondos a proyectos culturales, con un presupuesto inicial 300.000 millones de pesos, algo menos de 100 millones de dólares”.

Un caso opuesto es el de Brasil donde, según Danilo Santos, gestor cultural y director del Servicio Social del Comercio en el estado de Sao Paulo, “el Estado está en manos de personas que no consideran importante la cultura y la ven más bien como una amenaza”. Se trata de un diagnóstico análogo al que hace, para México, Sergio Vela, director de Arte & Cultura en el Grupo Salinas, quien tras dos décadas dedicado a la gestión cultural en el ámbito público ejerce ahora esta tarea en una empresa privada. “En México, Brasil y otros países faltan políticas culturales adecuadas porque los gobiernos temen el pensamiento crítico y la libertad”. Para Vela, la prioridad es “disponer de una buena política fiscal: instrumentos legales que palien la escasez financiera que sufre la cultura, derivada de que el Estado se centra en atender necesidades perentorias. Para llegar a la corresponsabilidad, un concepto que me parece clave, hay que estimular el mecenazgo, de modo que la sociedad civil tome en sus manos la promoción de la cultura”.

Iniciativas que funcionaron en crisis históricas

Ese papel de la sociedad civil lo reivindica también Marcelo Lombardero, director de escena en el Teatro Colón de Buenos Aires y creador de su Ópera de Cámara. “En Argentina tenemos cierta gimnasia con las crisis, que para nosotros son cíclicas. Carecemos de una ley de mecenazgo y el ámbito de la cultura se encuentra inmerso en el silencio institucional, dado que son otros ministerios los que han absorbido el grueso de los presupuestos para hacer frente a la pandemia. Pienso que debemos aprender del pasado: por ejemplo, al terminar la Segunda Guerra Mundial, Benjamin Britten creó el English Opera Group, con el que desarrollaba un tipo de repertorio adaptado a las condiciones económicas de la época. Nosotros deberíamos pensar en un tipo de teatro musical adaptado a las condiciones de esta pandemia. Existe repertorio, pero el desafío mayor me parece que es seducir a las audiencias en el arte nuevo y contemporáneo. Esta situación es una oportunidad para crear un teatro musical que nos interpele, con grupos musicales reducidos que hagan viable la propuesta en términos económicos ”. Sergio Vela, por su parte, ha evocado fenómenos análogos: “El Festival de Salzburgo acaba de celebrar su centenario, pues nació al concluir la Gran Guerra; y el Festival de Edimburgo fue creado en 1947, al término de la Segunda Guerra Mundial”.

Juan Lucas, director de la revista ‘Scherzo’, ha repasado la situación de España -”un país particularmente castigado por la COVID-19 y en el que las limitaciones a la movilidad han afectado a sectores económicos clave como la hostelería, el turismo y el ocio”- y, preguntado por el papel del periodismo cultural en este entorno, se ha referido “a la situación de desprotección en el que la pandemia ha sumido a muchísimos músicos independientes y ‘free-lance’, que de un día para otro vieron vaciadas sus agendas y con ello sus ingresos. En los primeros meses de la pandemia el Ministerio de Cultura destacó por su falta de presencia y eso lo hicimos notar desde los editoriales de ‘Scherzo’. Algo se consiguió, porque en septiembre el Gobierno aprobó un plan de 16 millones de euros destinados en particular a la música”.

En el debate sobre la necesaria reivindicación de la cultura como bien social, Ramiro Osorio ha apostado por mirar la cultura “no como filantropía social, sino como ejercicio de los derechos culturales de los ciudadanos” y Danilo Santos ha hecho hincapié en que el papel del Estado “es doble: crear infraestructuras a través de las cuales se haga posible el hecho cultural; y el fomento, es decir, un esfuerzo para que la acción cultural se dé de la manera más amplia posible”. Juan Lucas ha apostado por la educación: “España se ha convertido, en las dos últimas décadas, en un país melómano, pero en educación musical sigue siendo absolutamente deficitaria. Creo que es importante que la sociedad se involucre más en la cultura, pero solo se logrará si se aumenta el nivel educativo en este ámbito”.

Oportunidades postpandemia

Al trazar el mapa de oportunidades postpandemia los ponentes han propuesto varias iniciativas. Marcelo Lombardero aboga por crear una red iberoamericana que explote “la capacidad para producir grandes e importantes eventos culturales en español. Es un momento muy oportuno para apoyar a los creadores musicales contemporáneos y poner nuestra lengua en valor. Quienes hacemos teatro musical tenemos una deuda con nuestro idioma. Autores como Carlos Fuentes, Jorge Luis Borges o Julio Cortázar -por poner solo unos pocos ejemplos- nos han legado un material literario, histórico y dramatúrgico que está ahí, esperando para contar nuestra historias. La crisis es una oportunidad para ahondar en este camino”.

Las plataformas digitales se han instituido como canal durante la pandemia, como revela el hecho de que el Teatro Mayor de Bogotá, explica Ramiro Osorio, “ha retransmitido durante la pandemia 34 espectáculos, uno cada semana, con un alcance de más de 85 millones de personas y más de 12 millones de ‘plays’. No cobramos entrada, porque somos una institución pública que se administra a través de un modelo público-privado y ha sido capaz de reunir recursos de fuentes públicas y privadas. Pero durante las transmisiones activábamos un botón para hacer microdonaciones de 2 o 3 dólares. Aspiramos a que en cinco años podamos tener entre 30.000 y 40.000 ciudadanos que quieran donar al Teatro Mayor 2 o 3 dólares al año y eso los convertiría en los principales patrocinadores de la institución”.

Para Juan Lucas “el canal digital ha permitido una conexión libre y directa entre artistas y público, abriendo un mundo de posibilidades. Igual que el concierto coexiste con las grabaciones, habrá que seguir explorando esta nueva vía a ver dónde nos lleva. Pero el contacto presencial es absolutamente fundamental en música y, de hecho, la difusión ‘online’ puede crear desequilibrios a medio plazo porque no todo el mundo tiene las mismas posibilidades de competir. Está muy bien que la Orquesta y Coro de la Comunidad de Madrid, ante la imposibilidad de dar conciertos, ofrezca conciertos en ‘streaming’ para sus fieles, pero ¿podría mantener esos fieles a la larga si tienen la misma posibilidad de asistir al concierto de la ORCAM o al de la Filarmónica de Berlín? Ahí la competencia podría ser muy desfavorable para una gran cantidad de artistas que basan su actividad en un contacto a distancia corta con público de un ámbito geográfico cercano y que es muy necesario preservar. Ojalá que cuanto antes vuelva la música en vivo, en directo, como siempre la hemos conocido”.