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Una ‘orquesta profesional’ de niños en el Auditorio Nacional

La Camerata Infantil Fundación BBVA – Orcam, bajo la dirección de Víctor Pablo Pérez, ha ofrecido un concierto en la Sala Sinfónica del Auditorio Nacional de Música con obras de Górecki, Holst, Poulenc y Delibes.

16 febrero, 2018

Inés Bueno tiene 15 años. Comenzó a estudiar chelo con siete. Es tenaz y le encanta el instrumento. Si ya disfrutaba en el conservatorio, su experiencia como intérprete dio un giro radical cuando en 2015 se incorporó a la entonces recién creada Camerata Infantil Fundación BBVA – Orcam. “En la Camerata obtienes un montón de cosas que no tienes en otro sitio. El nivel formativo es increíble, aprendes muchísimo sobre el trabajo en orquesta y tienes experiencias únicas, como tocar en el Auditorio Nacional ante miles de personas”.

Y es que Inés participó en el concierto de presentación de la Camerata Infantil en noviembre de 2015, en la Sala Sinfónica del Auditorio Nacional de Música. “Fue increíble; nunca imaginé que con trece años estaría tocando en un teatro tan importante”. En aquella ocasión estuvieron apoyado por la Orquesta de la Comunidad de Madrid, pero el pasado 12 de febrero ofrecieron, en el mismo foro y ante más de dos mil personas, un concierto en el que fueron los únicos protagonistas, una verdadera orquesta profesional ante el público más exigente.

Al frente estuvo Víctor Pablo Pérez, director artístico y titular de la Orquesta y Coro de la Comunidad de Madrid (Orcam) e impulsor de este proyecto. “La Camerata Infantil está formada por músicos de nueve a quince años que en poco más de dos años han adquirido un nivel altísimo. Por eso podemos proponerles para que actúen en este ‘sancta sanctorum’ de la música en nuestro país”. En el programa, las ‘Tres piezas al estilo antiguo’ de Henryk Górecki, la ‘Saint Paul Suite n.º 2’ de Gustav Holst, las ‘Letanías a la Virgen Negra’ de Francis Poulenc, y la ‘Missa Brevis’ de Léo Delibes.

Falta apenas una hora para que empiece el concierto y “los nervios acechan, pero también las ganas de tocar: te sientes muy feliz por algo que te ha costado mucho trabajo”, relata Ramiro Carboné, de catorce años y también chelista. “Llevamos desde septiembre preparando este programa en ensayos quincenales”. Pero han perdido el miedo: en actuaciones previas ya han acometido obras complejas -el ‘Concierto para violín y piano’ de Mendelssohn o algunas de las sinfonías concertantes de Haydn- y a final de curso presentarán al público la Sinfonía ‘La Pasión’ de Haydn y uno de los conciertos para órgano y orquesta de Händel.

Nervios es lo que no tiene Alejandra López Nieves, contrabajista de trece años que empezó a tocar con cinco: “Ya estoy acostumbrada; lo veo normal”. En el futuro le gustaría “formar parte de una orquesta y de una banda de jazz”. Recomienda sin dudarlo este entorno de aprendizaje: “Te forma como músico, trabajamos con un repertorio muy avanzado y aprendes a tocar en grupo. El director es exigente, pero no duro. Además, conoces a mucha gente y haces un montón amigos. Estar en la Camerata Infantil es un lujo”.

Hoy son los alevines de la Orcam. ¿Mañana? Víctor Pablo Pérez lo tiene claro: “De entre estos chicos saldrán los mejores músicos del futuro de nuestro país y estarán preparados para formar parte de las mejores orquestas del mundo”.