Tras siglos de una política exterior de aislamiento y fronteras cerradas, en 1853 Japón fue obligado a abrir dos puertos para comerciar con Estados Unidos. Uno de los efectos de esta apertura comercial fue el surgimiento de un marcado interés de los artistas occidentales por las artes decorativas, la estética, la vestimenta y las artesanías de Japón. Las exposiciones universales de Londres (1862) y París (1867) mostraron en Europa por primera vez obras de artistas japoneses y este interés permeó en las artes plásticas, la literatura y la música.

Adaptando la obra de David Belasco Madame Butterfly (basada en un cuento popular de John Luther Long) que vio en Londres el 1900, Puccini completa una partitura colosal y fascinante a partes iguales: una auténtica obra maestra. Colaboró nuevamente con los libretistas Luigi Illica y Giuseppe Giacosa (con quienes ya había creado La bohème y Tosca) para adaptar la trágica historia de Cio-Cio-San. 

Cio-Cio-San, la joven novia japonesa del oficial naval norteamericano teniente Pinkerton, representa un sueño roto: ella cree que está entrando en un matrimonio real, pero representa un corto y romántico idilio destruido cuando él la abandona al poco tiempo de haberse casado. Vivirá persiguiendo el sueño de su regreso; una trágica esperanza. Ella, que ha renunciado a su religión y comunidad, se entera demasiado tarde de que para Pinkerton su matrimonio es simplemente una ilusión, con consecuencias trágicas. 

Tres años después, Cio-Cio-San y su hijo, Dolore, ven el barco de Pinkerton en el puerto. Ella espera con emoción su visita, pero cuando Pinkerton y su mujer norteamericana Kate llegan y quieren llevarse el chico a América, Cio-Cio-San se despide de su hijo y se quita su propia vida. A pesar de que el estreno en el Teatro alla Scala de Milán, en 1904, fue mal recibido, ese mismo año Puccini revisó la ópera para las funciones en Brescia. Madama Butterfly se convirtió rápidamente en una ópera muy popular y sigue siendo una de las obras más queridas de Puccini. 

La exquisita producción de Leiser–Caurier se inspira precisamente en las imágenes en Europa durante el siglo XIX sobre Japón. 

Sonya Yoncheva, Saioa Hernández y Ailyn Pérez encarnarán a la triste heroína oriental dispuesta a sacrificarse ante la cruel realidad de la traición.

Tragedia en tres actos

Libreto de Giuseppe Giacosa y Luigi Illica basado en la obra teatral homónima de David Belasco, inspirada en el relato de John Luther Long. 
Estreno absoluto: 17/02/1904 en el Teatro alla Scala de Milán
Dirección de escena, Moshe Leiser y Patrice Caurier
Orquesta Sinfónica del Gran Teatre del Liceu
Director, Paolo Bortolameolli

Con el patrocinio en exclusiva de la Fundación BBVA

Foto: Antoni Bofill