AUDITORIO. JOSE MANUEL LOPEZ LÓPEZ ©Rafa Martín

La Orquesta Nacional de España, bajo la batuta de Francesc Prat, interpreta por primera vez este encargo de la Fundación BBVA

Estreno absoluto de ‘Tisseur de sable’, de José Manuel López López, en el Auditorio Nacional de Música

El viernes 26 de mayo, la Orquesta Nacional de España, bajo la dirección de Francesc Prat, ha llevado a cabo el estreno absoluto de Tisseur de sable, obra que José Manuel López López ha compuesto por encargo de la Fundación BBVA. La pieza se caracteriza, explica el compositor, por “el aspecto cuántico y microscópico del sonido puesto en relieve y sacado a la superficie, y por las relaciones estructurales entre armonía y tiempo. Estas relaciones me fascinan por su discreta, pero increíble presencia y potencia. Es como la gravedad, que no se ve, pero nos tiene pegados a la tierra y nos une al Sistema solar, a  nuestra galaxia espiral, la Vía Láctea, y al universo entero”.

25 mayo, 2023

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“En Tejedor de arena, título de la obra en español, reflejo mi interés por lo granular, por el universo de las partículas y por las múltiples densidades, interacciones y vacíos que existen entre ellas, como igualmente mi fascinación por el tratamiento del espacio, muy desarrollado en la música electrónica pero menos en la instrumental”, adelanta el compositor madrileño, que comparte su vida entre España y Francia desde hace casi cuatro décadas.

Esta fascinación se despliega desde los primeros compases, y no sólo de forma musical, sino también físicamente: “La obra comienza con los metales y tres percusionistas situados en distintos puntos de la sala, con distintas geometrías entre cada grupo: dos triángulos, uno constituido por 3 trompetas separadas entre sí por grandes espacios vacíos entre balcones y palcos;  otro similar constituido por 3 trombones;  un polígono formado por 4 trompas igualmente en distintos palcos y balcones, y tres percusionistas en movimiento en el patio de butacas, todos ellos muy separados y fuera del escenario. En esta disposición cada músico no sólo tiene su espacio propio sino también su tiempo propio. Puesto que el tiempo está directamente ligado al espacio y al movimiento, estos músicos realizan un trayecto hasta el escenario, donde tras unos compases de fusión temporal y armónica con la orquesta, se sitúan en su espacio habitual y se incorporan al tiempo general que indica el director; tiempo por cierto, en constante transformación de principio a fin de la obra”.

Esta espacialización, afirma López López, “aporta mucho a la obra. El sonido como la luz viaja en el espacio y la percepción de este movimiento, de las distintas distancias y localizaciones, forzosamente enriquecen la escucha y abren nuestra percepción a unas dimensiones con las que convivimos cotidianamente, pero en esta ocasión elaboradas y situadas en un contexto artístico y creativo”. Este recurso establece una línea de conexión con una tradición que se remonta a los orígenes de la música occidental y la recorre hasta nuestros días, pero en hitos menos comunes que lo convierten en una experiencia siempre novedosa. “La espacialización ya se hacía en la antigua Grecia y la experimentó Claudio Monteverdi en la catedral de San Marcos de Venecia, donde trabajó con varios coros situados en diversos puntos de la catedral. También lo hicieron Xenakis en Oresteïa, Stockhausen en Gruppen, Boulez en Répons, Vaggione en todas sus obras y lo siguen haciendo muchos otros compositores y compositoras, pero es un parámetro poco utilizado en la música instrumental y es una pena que sea así”.

Una vía de acceso al interior de la materia sonora

Desde el punto de vista musical, López López -quien ejerce además como profesor y director del Taller de Composición de la Universidad París 8- abordó Tisseur de sable con la intención, “como hago en cada obra que escribo, de que fuese original y atractiva y que nos permitiese, tanto a los oyentes como a mí, acceder una vez más al interior de la materia sonora. Para ello experimenté en los campos musicales habituales: polifonía, tempo, armonía, timbre, forma, investigación instrumental…, pero me sumergí especialmente en un terreno particular, es decir, en el terreno de las partículas sonoras, ritmos o figuras en su mínima expresión, para crear multitud de texturas granulares que se superponen y combinan de principio a fin de la obra. Por poner un ejemplo cercano al título, la arena de una playa o del desierto, no es ni continua ni uniforme: hay rocas, hay piedras, hay lagos de sal seca de cientos de metros de profundidad, hay infinidad de texturas, minerales y estratos de mil colores que se superponen e influencian … Tisseur de sable es así”.

Y añade: “Desde el punto de vista armónico, es decir de la verticalidad y la superposición de frecuencias (notas), he utilizado distorsiones espectrales, es decir transformaciones genéticas de un material armónico de base, junto  a una gran polifonía de texturas que se imbrican y se disocian, constituidas por profundidades y escalas temporales diversas, buscando siempre la belleza y la emoción que representa la percepción del espacio, del vacío inmenso o microscópico en el que vivimos y nos movemos. La forma, orgánica y gestual, responde a la evolución y  confrontación de fuerzas y energías que el propio material impone”.

Francesc Prat: “Una auténtica experiencia musical completa y diferente”

La primera interpretación de Tisseur de sable estaba originalmente fijada el 14 de marzo de 2020 en el Auditorio Nacional de Música, el día que se decretó el estado de alarma por la pandemia de covid-19. Tres años después, la obra se estrenará en el seno del Festival FOCUS, una convocatoria anual dedicada a la música española en los siglos XX y XXI puesta en contexto cultural y musical. Al frente de la Orquesta Nacional de España estará el director, y también compositor, Francesc Prat, quien califica Tisseur de sable de “auténtica experiencia musical completa y diferente. Es una obra riquísima en la búsqueda de sonoridades y las capacidades expresivas de estas. Justamente esta capacidad de expresar que conlleva cada gesto musical es uno de los retos que nos plantea el trabajo de José Manuel López López”.

Para la orquesta, el planteamiento compositivo que se vuelca en la partitura exige “afrontar la pieza desde una actitud abierta y explorar otras formas de expresividad instrumental y de emoción sonora”, detalla el director. El hecho de que algunos de los instrumentos estén distribuidos por la sala al comienzo de la obra “ofrece al público dos elementos a disfrutar: salir de una situación clásica de concierto y, con ello, dibujar una nueva percepción musical a partir de una situación en sala totalmente diferente. A partir de ahí, el devenir y percepción del resto cambia”.

López López destaca el estrecho trabajo entre compositor y director: “Francesc Prat es un magnífico compositor y director que ha estudiado mi obra en profundidad, lo que he tenido ocasión de constatar en el curso de las sesiones de trabajo online que hemos mantenido en las últimas semanas. Conoce la obra a la perfección y se ha impregnado de mis ideas y de mi trabajo, lo que junto a los excelentes músicos de la OCNE, aseguran un magnífico estreno de mi obra”.

El programa del concierto se completó con obras de Manuel de Falla, Gérard Grisey y Edgard Varèse con el espectralismo como hilo conector. “Los tres exploraron el sonido, lo que me une profundamente a ellos”, comenta López López. “Dos eran franceses y De Falla casi, estéticamente hablando. Yo comparto mi vida entre España y Francia desde 1986, donde vine para estudiar música electrónica por seis meses aconsejado por Luis de Pablo, y hace ya 37 años que estoy aquí. Conocí personalmente a Messiaen y estudié con él, como igualmente ocurrió con Boulez en los cursos Acanthes de Avignon; conocí a Grisey en el Ircam donde estudié y después compuse obras mixtas en sus estudios, viví el periodo glorioso de la escuela espectral y el final de la vida de Boulez. Soy profesor en la Universidad de París 8, director de Atelier de Composition donde compartí maravillosos años de aprendizaje con el maestro Horacio Vaggione, inmenso compositor cuya visión del sonido me marcó de por vida. Enseño en los conservatorios de París (CRR) situado en el número 14 de la rue de Madrid, curiosa coincidencia para un madrileño, y también en el conservatorio Edgard Varèse de Gennevilliers, circunstancias todas que me unen íntimamente a Francia y a estos grandísimos compositores”.